¿Qué pasaría si no cambiamos la hora en España?
El cambio de hora al horario de invierno se produce en la madrugada del sábado al domingo 29 de octubre
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El cambio de hora es una medida que se aplica en España y en la mayoría de los países europeos desde hace décadas, con el objetivo de aprovechar mejor la luz natural y ahorrar energía. Sin embargo, esta práctica también tiene sus detractores, que argumentan que altera el ritmo biológico de las personas, afecta a la salud y al rendimiento, y que no tiene un impacto significativo en el consumo energético. ¿Qué pasaría si no cambiamos la hora en España? ¿Qué ventajas y desventajas tendría esta decisión?
¿Qué pasaría si no cambiamos la hora en España?
El próximo cambio de hora está fijado para la madrugada del sábado al domingo 29 de octubre cuando cambiaremos el horario de verano por el de invierno, de modo que vamos a tener que atrasar el reloj de las 03:00 a las 02:00 de la madrugada. Y luego, volveremos a cambiar la hora a finales de marzo de 2024 cuando volvamos a pasar de nuevo al horario de invierno.
Dos cambios de horario que en España se viene haciendo desde hace ya varias décadas y que marca nuestras vidas y hace que nos adaptemos a que amanezca más tarde o más temprano en función de si estamos en invierno o en verano, pero que sirve en realidad, para ahorrar luz o energía ( o al menos es lo que se ha dicho siempre). ¿Pero y si dejamos uno de los dos horarios para siempre y no cambiamos la hora?.
La encuesta de la Comisión Europea
Precisamente hace ya cinco años, la Comisión Europea lanzó una encuesta pública sobre la efectividad del horario de verano, que por convención todos los países europeos aplican y adoptan desde finales de marzo hasta finales de octubre.
El motivo para hacer esta encuesta tenía que ver con la discusión que se genera cada año en torno a sí son reales los beneficios energéticos que se dicen en torno al cambio de hora, que por otro lado parece generar también trastornos psicofísicos dado que nuestro cuerpo se debe acostumbrar a que los días sean más cortos o también como en verano que debemos acostumbrarnos a que sea de noche por las mañanas, mientras que haya más luz por la noche.
Por lo tanto, la encuesta fue una oportunidad para expresar la opinión de cada país, que fue realizada por 4,6 millones de europeos. El resultado fue que la mayoría de los participantes estaban en contra de mantener el cambio de hora. Las formas de eliminar el cambio de hora podrían ser dos, quedarse en el horario de verano o en el de invierno.
A pesar de esa votación y de que en 2019 se solicitara a los países de la UE que dieran una respuesta para poder decidir en qué horario querían quedarse, la pandemia por coronavirus obligó a que todo se retrasara y que por el momento mantengamos el cambio de hora a la espera de que se implemente de una vez por todas el que nos vamos a quedar en un solo horario que por lo visto será el de verano, si bien varias encuestas realizadas en nuestro país, han dado como resultado el que la mayoría de los ciudadanos prefieren este horario.
Entonces una vez nos quedemos con ese horario, tendremos que pensar también en cómo nos va a afectar y todo lo que puede suceder al respecto.
Las posibles consecuencias
En primer lugar, hay que tener en cuenta que España tiene una particularidad respecto al resto de Europa: su huso horario no se corresponde con su posición geográfica. Desde 1942, España adoptó el horario de Europa Central, el mismo que Alemania o Francia, cuando en realidad le correspondería el de Europa Occidental, el mismo que Portugal o Reino Unido. Esto implica que en España amanece y anochece más tarde que en otros países de su latitud, lo que afecta a la exposición a la luz solar y al ciclo circadiano.
Si España dejara de cambiar la hora, tendría que elegir entre mantener el horario de verano o el de invierno durante todo el año. Cada opción tendría sus consecuencias. Por ejemplo, si se optara por el horario de verano, en invierno habría más horas de luz por la tarde, pero también habría más días en los que no amanecería hasta las 9:00 o las 10:00 de la mañana, lo que dificultaría la actividad matutina y podría provocar trastornos del sueño, depresión o falta de concentración. Por el contrario, si se optara por el horario de invierno, en verano habría más horas de luz por la mañana, pero también habría más días en los que anochecería antes de las 21:00 o las 22:00 de la noche, lo que reduciría el tiempo de ocio y esparcimiento al aire libre y podría afectar al turismo y al consumo.
Además, si España dejara de cambiar la hora, tendría que tener en cuenta la coordinación con el resto de Europa. Si se mantuviera el horario actual, habría una diferencia de dos horas con Portugal y Reino Unido en verano y una hora en invierno, lo que podría dificultar las relaciones comerciales, políticas y sociales. Si se cambiara al horario que le corresponde geográficamente, habría una mayor sincronización con estos países, pero también se perdería una hora de luz con respecto a Alemania o Francia, lo que podría suponer una desventaja competitiva.
Cómo nos afecta el cambio de horario
Ya hemos visto qué podría pasar si nos quedamos para siempre en el horario de verano en el que en breve vamos a entrar, pero también es importante saber de qué modo el cambio de hora puede llegar a afectar a nuestro cuerpo, sobre todo los primeros días hasta que nos acostumbramos.
A menudo, los síntomas más importantes se relacionan con la fatiga generalizada y un malestar que aparentemente no tiene una causa particular. Averigüemos las causas fundamentales de estos síntomas que son mucho más comunes de lo que piensas:
- El metabolismo cambia: No todo el mundo sabe que durante el cambio de hora también el metabolismo puede sufrir cambios significativos. Este aspecto parece estar relacionado sobre todo con las dificultades encontradas para conciliar el sueño. Por supuesto, también los cambios de horario en primavera y otoño, pueden determinar fases de inapetencia alternadas con fases de hambre excesiva.
- Dificultad de concentración y cansancio: Sobre todo en otoño, después del verano, no siempre es fácil volver a los ritmos de estudio y trabajo, pero es necesaria una fase de transición. Esta fase también tiene consecuencias para nuestro organismo, como cansancio generalizado, acumulación de ansiedad y estrés algo que puede repetirse ahora que se viene un cambio de hora.
- Estrés y cambios bruscos de humor: Los ritmos fisiológicos desequilibrados pueden provocar un aumento del estrés percibido por nuestro organismo, provocando un aumento de la tensión muscular y de los niveles hormonales como la dopamina y el cortisol. Una de las consecuencias más comunes es el dolor de cabeza .
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